Mi corazón será siempre inseparable de la mar,
de su olor a misterioso y lejano.
Quiero mirar hoy, que todo está triste,
hacia otro lado en el que no haya paro ni traiciones,
ni guerra ni cenizas.
Me gustaba de pequeña no dormir y asomarme por el balcón
para ver pasar los barcos guiados por el faro de Chipiona.
Yo en Sanlúcar, a cien metros de la orilla.
Ya han pasado años y me ha tocado luchar con dos espadas
y tengo la fuerza de la brisa de mi feliz infancia
y la niña que aún tengo dentro
y sabe de sonrisas y amor en familia.
Todo acaba, todo sigue sin mí y sin los que se me fueron...
Mi corazón hoy está bañado de esperanzas y sueños
que vuelven en mi latido.
1 comentarios :
. . . y seguro que siempre cuando ves la mar, te llega una oleada de inspiración para escribir. También vi en el vídeo, donde haces de ventrilucua.
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