Hoy, al coger el bus, una señora le decía a su hijo: "Deja de hacer el payaso". Es curioso que payaso sea, en nuestra sociedad, algo parecido a un insulto.
Yo soy payaso de profesión, y no conozco trabajo más satisfactorio que el de hacer reír a los niños. Yo soy payaso y me gusta que me llamen así, porque tengo en compensación el premio de unos ojos felices, de una sonrisa sana y de un beso sincero que viene del alma de los que aún no saben ser hipócritas.
Sí, señores, a partir de hoy recordad que ser payaso no es nada descalificativo, y cuando insultéis buscad algo más parecido a lo ridículo, ya que conozco otros trabajos menos importantes que el de hacer felices a los demás.
Besos desde el corazón de un payaso.
2 comentarios :
Absolutamente cierto tener ese premio de ojos felices, sonrisa sana y beso sincero de los que aún no saben ser hipócritas, es realmente algo grandioso.
Es algo extraordinario. Gracias por tu comentario.
Publicar un comentario