Volver a dibujar en mi guerra
una nuca sin fusil.
Pasar la factura de mi vida
y arrojar después las caricias hacia arriba
por si hubiera alguien...
Desde este momento
te dibujo en tu silueta
lluvias y deseos, albas, signos y horizontes.
Quiero, sin apenas herirnos,
que seamos fugitivos en el lenguaje de los sueños.
¡Que no quiero ser marinero, dejadme!
Que quiero ser mar para llover,
para navegar en mis entrañas,
las entrañas del mundo.
Para llegar y volver,
para oír los cantos de las sirenas,
para oírte, silencio profundo.
¡Que no quiero ser marinero,
que quiero ser mar!
Este poema fue Premio José María de los Santos de Poesía y Premio de Poesía Castillo de Cortegana, ambos en el año 1992. A Rafael Alberti, al que tuve el honor de enviárselo, le encantó y me mandó un dibujo suyo, en señal de su aprecio.
El flamenco es la plástica en los paisajes de las entrañas,
un tocar hacia el infinito,
un beso oculto de algo prohibido, duende, vida, suerte, dolor,amor
El flamenco es la doble cara oculta de la vida,
el sueño de dos amantes ocultos en Triana y en Sevilla.
Cómo duele en el corazón,
el silencio, las palabras que salen de los brazos...
El flamenco es raíz y esencia de un beso desde la noche
cuando se abre la ventana para respirar vida.
En la noche los duendes son errantes peregrinos de sueños y esencia del alma,
y en un momento las hadas despiertan
como pasiones escondidas.
En la noche es cuando la soledad duele,
y abriendo la ventana se encuentran pequeños seres,
de esos que no existen...
o sí,
pero si te tocas en el pecho notarás que la vida existe,
así que duerme pensando en... mí
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